Me voy a Grecia casi dos semanas. A ver ruinas, puestas de sol y efigies pétreas y de carne y hueso. A comer hojas de parra, yogur y mageirefta. A cenar a partir de las 23 horas (¡no es en España donde se cena más tarde!). A desconectar. A conocer gente y costumbres. A comprarme algo kitch. A pillar una insolación. A tejer y destejer, como Penélope, esperando así una tregua a no sé muy bien qué. Cuando vuelva, os lo cuento, si es que hay algo que contar.
Kalispera.
Kalispera.